El papel de las peluquerías durante el estado de alarma

9/06/2020

Las peluquerías fueron protagonistas durante el anuncio del primer estado de alarma en el país para hacer frente a la expansión del coronavirus el pasado 14 de marzo. El motivo fue que se incluyeron como comercios de primera necesidad y se autorizó su apertura. Una decisión muy criticada por toda la sociedad debido a la gravedad de la situación que se estaba viviendo por la Covid 19. Desde el Gobierno, se explicó posteriormente que se debía a razones de higiene, para la gente mayor y con dificultades de movilidad.

Profesionales del sector y asociaciones expresaron su malestar y exigieron el cierre preventivo de peluquerías y centros de estética para evitar la propagación del virus debido al contacto tan directo que se tiene con el público. Finalmente, después de mucha polémica e incertidumbre, el gobierno modificó el decreto y las peluquerías se sumaron al cierre y al confinamiento.

Han sido muchos meses de lucha y de preparación para habilitar los diferentes centros a la nueva normalidad, con toda una serie de medidas higiénico sanitarias y protocolos de trabajo para el funcionamiento del día a día. Finalmente, las peluquerías y salones de calle pudieron abrir sus puertas desde la fase 0 que arrancó el pasado 4 de mayo en toda España. Los centros que forman parte de espacios comerciales han tenido que retrasar su apertura a la fase 2 o 3, en función de cada caso.

Para ayudar a cumplir con los protocolos de seguridad marcados por las autoridades sanitarias, desde CONEPE se han creado una serie de manuales de buenas prácticas que recogen diferentes principios comunes de carácter informativo, medidas de seguridad y protocolos de actuación para la recuperación de la actividad de los salones de peluquerías y centros de estética en España, asegurando la protección tanto de trabajadores como de los clientes.

Entre las medidas establecidas, desinfección e higienización constante del lugar, superficies y herramientas de trabajo, controles de temperatura a los clientes, distancias de seguridad, turnos de trabajo, sistemas de citas previas, mascarillas, guantes, soluciones hidroalcohólicas, entre otras.

Aunque poco a poco el sector está adaptándose a la “nueva normalidad” muchas de las medidas adoptadas van a quedar establecidas en el sector, con el fin de proteger a los clientes ante un posible rebrote u otros virus.

Después de casi 3 meses desde el inicio de la pandemia, se han quedado por el camino un 20% de peluquerías, que no han podido hacer frente a la crisis y reabrir sus puertas. Un balance totalmente negativo que no pueden salvar ni los centros funcionando a pleno rendimiento. La patronal calcula que la facturación caerá un 30% en los próximos meses y exige la reducción del IVA del 21% al 10% para poder incentivar el consumo.